El secreto para diferenciarte.

La artesanía más exquisita como sinónimo de lujo.

En nuestro día a día, en la rutina y con la constante falta de tiempo, nos perdemos en lo ya conocido, en lo estándar y en el aburrimiento. Nuestra imagen corre el riesgo de alinearse con la de nuestros semejantes si no nos paramos a pensar si realmente nos identifica.

El “fast fashion” ha puesto la moda al alcance de todo el mundo y, paradójicamente, ha venido para uniformizarnos. Las grandes cadenas de ropa y complementos nos ofrecen, a precios muy asequibles, los más vanguardistas diseños y todos podemos, con mayor o menor acierto, vestir conforme a los cánones de moda.El resultado es que, cuando nos damos cuenta, estamos sentados al lado de alguien que lleva nuestra misma ropa.

En nuestra necesidad de diferenciarnos, la moda no es suficiente. No podemos perder de vista qué queremos decir de nosotros mismos y cómo queremos hacerlo. Es aquí donde la elección de piezas únicas y diferenciadoras se abre paso, es aquí donde la artesanía cobra más sentido.

La artesanía es el contrapunto a esta moda de usar y tirar que, pese a que no puede competir con las grandes cadenas de producción en precio, sí lo hace en exclusividad y diferenciación. La artesanía ha sido y es, sinónimo de lujo. De hecho, la alta costura siempre ha sido artesanal, hasta que la aparición del pret a porter vino a abrir la brecha entre diseño y lujo, entre modernidad y exclusividad.

Incluir la artesanía es poner en valor la calidad, los preciosos trabajos totalmente manuales y el dominio de técnicas tradicionales. Por otro lado, apostar por la artesanía es apostar por la sostenibilidad y el consumo responsable. Si queremos un mundo sostenible, los productos deben durar más en el tiempo.

En lo que respecta a la joyería, los anillos, las pulseras, los collares... han sido siempre el elemento diferenciador por excelencia, lo que determina que tu estilo diga ( o no) quién eres. Sin embargo, la joyería, tradicionalmente artesanal, ha acabado entrado en este frenesí industrial. A todos nos vienen a la mente las marcas de joyas de moda en las que el trabajo del maestro artesano ha prácticamente desaparecido, y su fabricación en masa permite su introducción en el mercado hasta el punto que, es difícil no toparse con alguno de sus icónicos emblemas.

Sin embargo, frente a esto, cada vez más mujeres valoran el trabajo artesanal, la atemporalidad de las cosas bien hechas. Mujeres que se encuentran en una búsqueda constante de la artesanía más exquisita, que quieren seguir siendo ellas mismas en todo momento y jamás pasan desapercibidas. Gracias a ellas, la joyería artesanal se va abriendo paso desde lo cercano, lo calmado, desde el buen hacer.

No hay que perder de vista que, muchos joyeros artesanos de hoy en día, se han imbuido de las nuevas tecnologías que combinan con las técnicas tradicionales, obteniendo unas joyas únicas y maravillosas. Además, internet, con sus redes sociales y su venta on-line, ha permitido el resurgimiento de la joyería artesanal, del artesano al margen de las grandes marcas, que puede mostrarse a un público más amplio, hasta encontrar al cliente, con la suficiente sensibilidad, como para ponerla en valor.

Dentro de la joyería artesanal encontramos multitud de diferentes estilos en los que pueden utilizarse materiales insólitos como la cerámica, la resina o el cristal. El valor radica en cómo ese material está tratado, en el trabajo que hay detrás, en el respeto a las técnicas tradicionales y en el amor por el trabajo bien hecho. Dentro de esta maravillosa oferta, la mujer que busca diferenciarse, encontrará las piezas que le permitan expresarse.

Desde maracolori trabajamos día a día en dar a conocer la belleza de lo artesanal. Nuestras joyas aúnan las últimas tecnologías en diseño (como el diseño y la impresión 3D) con la antiquísima técnica del trabajo manual del cristal con soplete (lampwork). La utilización de este material aporta color y originalidad a las piezas, al tiempo que les otorga el estatus de pequeñas obras de arte, únicas y exclusivas, ya que, cada pieza de vidrio, requiere la destreza de un maestro artesano con años de experiencia.